La supermodelo Claudia Schiffer ha confesado que su mansión inglesa de estilo Tudor no solo guarda siglos de historia, sino también habitantes del más allá. Pero, según ella misma asegura, los fantasmas que habitan la casa son “muy amigables”.
En una reciente entrevista, Schiffer, de 54 años, contó que ella, su esposo, el cineasta Matthew Vaughn, y sus tres hijos han convivido con presencias sobrenaturales desde que compraron Coldham Hall, su residencia en el campo de Suffolk, hace ya 23 años. “Simplemente están allí”, explicó con tranquilidad. “No hacen daño. Esta casa es tanto suya como nuestra.”
Construida en el siglo XVI, Coldham Hall tiene un pasado tan imponente como sus muros de ladrillo rojo. Durante la época isabelina, el lugar sirvió como refugio secreto para sacerdotes católicos perseguidos por la corona. Y su curioso nombre también tiene una historia: se dice que la reina Isabel I lo visitó y quedó horrorizada al ser servida con jamón… frío.
Uno de los espíritus más conocidos que ronda la propiedad sería el de Penelope Rockwood, una joven monja cuya presencia se describe como tranquila y protectora. “Ella cuida la casa”, asegura Schiffer. “Aquí se siente una energía espiritual muy antigua.”
Pese a la calma que transmiten los fantasmas, la modelo decidió llamar a un exorcista “por si acaso” poco después de mudarse. Y no perdió la oportunidad de hacer una broma sobre su ex pareja, el ilusionista David Copperfield: “Probablemente él habría cobrado más que el exorcista”, dijo entre risas.
Con su aire gótico, sus anécdotas reales y sus residentes del más allá, Coldham Hall se presenta como un lugar donde la historia y el misterio conviven en perfecta armonía… y donde los fantasmas, al parecer, también forman parte de la familia.
Naturiss, CC BY-SA 2.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=80577007
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