Lasapariciones marianas de Beauraingson un conjunto de 33 manifestaciones sobrenaturales de la Virgen María que tuvieron lugar entre el 29 de noviembre de 1932 y el 3 de enero de 1933 en la localidad belga de Beauraing, en la provincia de Namur. Los videntes fueron cinco niños de entre 9 y 15 años: Fernande, Gilberte y Albert Voisin, y Andrée y Gilberte Degeimbre. Estas apariciones fueron reconocidas oficialmente por la Iglesia católica en 1949, tras un exhaustivo proceso de investigación y verificación.
Las apariciones de Beauraing se produjeron en un momento de
crisis económica, social y política en Europa, marcado por la Gran
Depresión, el ascenso de los totalitarismos y la amenaza de una
nueva guerra mundial. Bélgica, que había sido devastada por la
Primera Guerra Mundial, sufría una grave situación de desempleo,
pobreza y conflictos sociales. Además, el país estaba dividido por
las tensiones entre flamencos y valones, y entre católicos y
laicistas. En este contexto, la fe de muchos belgas se debilitó o
se perdió.
Descripción de las apariciones
La primera aparición tuvo lugar el 29 de noviembre de 1932,
cuando los cuatro niños Voisin y Degeimbre iban a buscar a Gilberte
Voisin al colegio de las Hermanas de la Doctrina Cristiana, donde
estudiaba. Al pasar por el jardín del convento, vieron una figura
luminosa de una mujer vestida de blanco, con un velo, un rosario y
un halo, que flotaba sobre un espino. Los niños se asustaron y
corrieron a buscar a Gilberte, que también pudo ver la aparición.
Sin embargo, la religiosa que les abrió la puerta no vio nada y les
dijo que se trataba de una ilusión.
A partir de ese día, los niños volvieron a ver a la Virgen casi
todas las noches, siempre en el mismo lugar. La aparición no
hablaba, sino que sonreía y asentía con la cabeza. Los niños le
hacían preguntas, le rezaban y le pedían favores. La Virgen les
pidió que fueran buenos, que rezaran mucho, especialmente por los
pecadores, y que construyeran una capilla en su honor. También les
reveló su identidad, diciéndoles: “Yo soy la Inmaculada
Virgen”.
La última aparición fue el 3 de enero de 1933, en presencia de
unas 30.000 personas que se habían congregado en el lugar, atraídas
por la fama de los hechos. Esa noche, la Virgen mostró a los niños
su corazón, rodeado de rayos de oro, y les dijo: “He venido a
convertir a los pecadores”. Luego, desapareció entre un destello de
luz y un estruendo.
Efectos de las apariciones
Las apariciones de Beauraing tuvieron un gran impacto en la
población belga y en el mundo católico. Miles de personas acudieron
al lugar de las apariciones, donde se construyó un santuario
dedicado a Nuestra Señora de Beauraing, también llamada la Virgen
del Corazón de Oro. Muchos fieles afirmaron haber recibido gracias,
curaciones y conversiones por la intercesión de la Virgen. Algunos
de estos casos fueron estudiados y reconocidos como milagrosos por
la Iglesia.
Los niños videntes siguieron con sus vidas normales, sin buscar
protagonismo ni beneficio. Algunos de ellos ingresaron en la vida
religiosa o se dedicaron a la evangelización. Todos mantuvieron
hasta el final de sus días la certeza de haber visto a la Madre de
Dios.
Reconocimiento eclesiástico
Las apariciones de Beauraing fueron sometidas a un riguroso
escrutinio por parte de la autoridad eclesiástica, que nombró una
comisión de expertos para examinar los testimonios, las pruebas y
los frutos de los hechos. Tras varios años de investigación, el
obispo de Namur, monseñor André-Marie Charue, emitió el 2 de julio
de 1949 un decreto en el que declaraba:
“Estamos convencidos de que los hechos de Beauraing, en su
conjunto, desde el 29 de noviembre de 1932 hasta el 3 de enero de
1933, son de naturaleza sobrenatural y dignos de fe”.
Con este decreto, la Iglesia reconocía oficialmente las
apariciones de Beauraing como auténticas y permitía el culto
público a Nuestra Señora de Beauraing. El santuario de Beauraing
fue consagrado el 22 de agosto de 1954 y se convirtió en un centro
de peregrinación y de devoción mariana. Varios papas han visitado
el santuario o han enviado mensajes de aliento y bendición a los
peregrinos. El papa Juan Pablo II lo visitó en 1985 y dijo:
“Beauraing es un mensaje de amor y de conversión. Es una llamada
a la oración y a la penitencia. Es una invitación a contemplar el
corazón de María, que es el reflejo del corazón de su Hijo”.
Légende - Photo
Donarreiskoffer, CC BY-SA 4.0, https://fr.wikipedia.org/wiki/Apparitions_mariales_de_Beauraing#/media/Fichier:Our_Lady_of_Beauraing_06.jpg
Fuentes