miércoles, 3 de enero de 2024

3 de enero de 1933 - Apariciones marianas de Beauraing

Lasapariciones marianas de Beauraingson un conjunto de 33 manifestaciones sobrenaturales de la Virgen María que tuvieron lugar entre el 29 de noviembre de 1932 y el 3 de enero de 1933 en la localidad belga de Beauraing, en la provincia de Namur. Los videntes fueron cinco niños de entre 9 y 15 años: Fernande, Gilberte y Albert Voisin, y Andrée y Gilberte Degeimbre. Estas apariciones fueron reconocidas oficialmente por la Iglesia católica en 1949, tras un exhaustivo proceso de investigación y verificación.

Las apariciones de Beauraing se produjeron en un momento de crisis económica, social y política en Europa, marcado por la Gran Depresión, el ascenso de los totalitarismos y la amenaza de una nueva guerra mundial. Bélgica, que había sido devastada por la Primera Guerra Mundial, sufría una grave situación de desempleo, pobreza y conflictos sociales. Además, el país estaba dividido por las tensiones entre flamencos y valones, y entre católicos y laicistas. En este contexto, la fe de muchos belgas se debilitó o se perdió.

Descripción de las apariciones

La primera aparición tuvo lugar el 29 de noviembre de 1932, cuando los cuatro niños Voisin y Degeimbre iban a buscar a Gilberte Voisin al colegio de las Hermanas de la Doctrina Cristiana, donde estudiaba. Al pasar por el jardín del convento, vieron una figura luminosa de una mujer vestida de blanco, con un velo, un rosario y un halo, que flotaba sobre un espino. Los niños se asustaron y corrieron a buscar a Gilberte, que también pudo ver la aparición. Sin embargo, la religiosa que les abrió la puerta no vio nada y les dijo que se trataba de una ilusión.

A partir de ese día, los niños volvieron a ver a la Virgen casi todas las noches, siempre en el mismo lugar. La aparición no hablaba, sino que sonreía y asentía con la cabeza. Los niños le hacían preguntas, le rezaban y le pedían favores. La Virgen les pidió que fueran buenos, que rezaran mucho, especialmente por los pecadores, y que construyeran una capilla en su honor. También les reveló su identidad, diciéndoles: “Yo soy la Inmaculada Virgen”.

La última aparición fue el 3 de enero de 1933, en presencia de unas 30.000 personas que se habían congregado en el lugar, atraídas por la fama de los hechos. Esa noche, la Virgen mostró a los niños su corazón, rodeado de rayos de oro, y les dijo: “He venido a convertir a los pecadores”. Luego, desapareció entre un destello de luz y un estruendo.

Efectos de las apariciones

Las apariciones de Beauraing tuvieron un gran impacto en la población belga y en el mundo católico. Miles de personas acudieron al lugar de las apariciones, donde se construyó un santuario dedicado a Nuestra Señora de Beauraing, también llamada la Virgen del Corazón de Oro. Muchos fieles afirmaron haber recibido gracias, curaciones y conversiones por la intercesión de la Virgen. Algunos de estos casos fueron estudiados y reconocidos como milagrosos por la Iglesia.

Los niños videntes siguieron con sus vidas normales, sin buscar protagonismo ni beneficio. Algunos de ellos ingresaron en la vida religiosa o se dedicaron a la evangelización. Todos mantuvieron hasta el final de sus días la certeza de haber visto a la Madre de Dios.

Reconocimiento eclesiástico

Las apariciones de Beauraing fueron sometidas a un riguroso escrutinio por parte de la autoridad eclesiástica, que nombró una comisión de expertos para examinar los testimonios, las pruebas y los frutos de los hechos. Tras varios años de investigación, el obispo de Namur, monseñor André-Marie Charue, emitió el 2 de julio de 1949 un decreto en el que declaraba:

“Estamos convencidos de que los hechos de Beauraing, en su conjunto, desde el 29 de noviembre de 1932 hasta el 3 de enero de 1933, son de naturaleza sobrenatural y dignos de fe”.

Con este decreto, la Iglesia reconocía oficialmente las apariciones de Beauraing como auténticas y permitía el culto público a Nuestra Señora de Beauraing. El santuario de Beauraing fue consagrado el 22 de agosto de 1954 y se convirtió en un centro de peregrinación y de devoción mariana. Varios papas han visitado el santuario o han enviado mensajes de aliento y bendición a los peregrinos. El papa Juan Pablo II lo visitó en 1985 y dijo:

“Beauraing es un mensaje de amor y de conversión. Es una llamada a la oración y a la penitencia. Es una invitación a contemplar el corazón de María, que es el reflejo del corazón de su Hijo”.

Légende - Photo
Donarreiskoffer, CC BY-SA 4.0, https://fr.wikipedia.org/wiki/Apparitions_mariales_de_Beauraing#/media/Fichier:Our_Lady_of_Beauraing_06.jpg
Fuentes
Entrada anterior
Entrada siguiente
Sobre el mismo tema

0 comentarios: