En Japón, dejar propina no solo es inusual, sino que a menudo se considera una falta de respeto. A diferencia de muchos países occidentales donde se aprecia o incluso se espera, este gesto puede sorprender o incluso ofender a los japoneses.
En la cultura japonesa, brindar un servicio de calidad es un deber fundamental, no algo que requiera una compensación adicional. Los empleados reciben un salario acorde, y ofrecer una propina podría interpretarse como una insinuación de que su sueldo es insuficiente. En algunos casos, un camarero podría incluso correr tras el cliente para devolverle el dinero dejado en la mesa.
Esta diferencia cultural resalta la importancia de informarse antes de viajar. En Japón, en lugar de dejar propina, un simple “arigato gozaimasu” (muchas gracias) acompañado de una leve inclinación de la cabeza será siempre la mejor forma de mostrar gratitud.
StarryAI, CC0, https://starryai.com/
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