Volar ya es lo suficientemente aterrador hoy en día, pero imagina cruzar miradas con un fantasma a 10.000 metros de altura. Eso es exactamente lo que le ocurrió a la médium británica Chloe Smith, quien afirma que un espíritu le hizo un saludo militar durante un vuelo de Ryanair.
“Estaba sentado junto a un caballero, solo cinco filas delante
de mí”, relata Smith. “Se dio la vuelta y me miró directamente,
como si supiera que yo podía verlo.” El gesto fue claro y
silencioso: Te veo. Sé que tú también me ves.
Para Smith, este tipo de encuentros no son raros. Dice que los
fantasmas la visitan casi todos los días, en lugares tan comunes
como aeropuertos, hoteles y piscinas. “Siempre encuentran alguna
forma de hacerme saber que están presentes”, explica. “A veces es
una mirada, una sensación, un pequeño cambio en la energía. Nunca
estoy realmente de vacaciones. Y uno nunca está verdaderamente
solo.”
Sobre la identidad del fantasma del vuelo, Smith prefiere no
asegurarlo. “Tal vez estaba allí para acompañar a un familiar
nervioso. O quizás fue un antiguo piloto que alguna vez voló ese
mismo avión. Los espíritus suelen regresar a lugares que les
resultan familiares.”
Aunque para muchos viajeros la peor amenaza son las turbulencias
o los retrasos, la idea de compartir vuelo con un fantasma puede
resultar aún más inquietante. Sin embargo, Smith insiste en que
estas presencias no son peligrosas. “Por lo general, son espíritus
tranquilos. Observan. Protegen.”
Así que la próxima vez que subas a un avión, mantente atento. Si
ves una figura fantasmal saludando, esperemos que sea un
hola... y no un adiós.
Un misterioso objeto volador no identificado
(OVNI) fue avistado recientemente sobre el monte Shasta, en
California, a través de Google Maps. Visible en una imagen
satelital, el objeto parece flotar justo encima de la cumbre
nevada. Su forma metálica y similar a un disco ha despertado la
curiosidad de los internautas: algunos lo consideran una prueba de
presencia extraterrestre, mientras que otros creen que se trata de
un fallo en la imagen. El monte Shasta, conocido desde hace tiempo
por sus leyendas místicas y fenómenos paranormales, vuelve a ser
centro de especulación. Este nuevo avistamiento no hace más que
reforzar su enigmática reputación.
Mientras la teoría dominante sostiene que los numerosos objetos voladores no identificados (OVNIs) avistados a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México son drones utilizados por los carteles del narcotráfico, un veterano del ejército y exagente de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) ofrece una versión muy distinta —y alarmante— de los hechos.
Bob Thompson, quien sirvió tanto en el ejército como en la CBP,
apareció recientemente en un pódcast dedicado a fenómenos
inexplicables. Durante la entrevista, reveló un video nunca antes
visto, captado por un avión de reconocimiento de la CBP a
principios de 2020 cerca de la frontera de Arizona. El objeto,
apodado “El Puro” por su forma cilíndrica corta, no tenía
alas visibles, ni hélices, ni emitía firma térmica alguna —un golpe
serio para la hipótesis del dron.
“Eso no era un dron del cartel”, afirmó Thompson. “Se movía a
una velocidad increíble y no hacía ningún ruido”. Aunque no
descarta que pudiera tratarse de un misil en prueba, subraya que el
incidente merece una investigación a fondo.
Más inquietante aún, Thompson afirma haber hablado con más de
100 agentes de la CBP que han sido testigos de objetos similares.
“He visto esferas a lo lejos, he visto naves con forma de puro, he
visto triángulos”, relató. “No son alucinaciones. Son reales.”
Pero lo más desconcertante de su testimonio tiene que ver con lo
que los agentes llaman ahora “portales”: aperturas circulares
misteriosas que aparecen en el cielo. “No son anillos de humo”,
aclaró Thompson. “Son otra cosa. No sabemos qué son, pero dan
miedo.”
Los agentes fronterizos, habitualmente enfocados en la seguridad
nacional, podrían estar también en primera línea de un misterio
mucho más amplio. Por ahora, no se ha iniciado ninguna
investigación oficial, y los incidentes permanecen en un limbo
informativo.
Mientras tanto, la comunidad interesada en fenómenos aéreos no
identificados está en plena ebullición, aunque las autoridades
siguen guardando silencio. Los escépticos siguen apuntando a
errores de identificación o tecnología militar experimental, pero
otros sospechan que el verdadero misterio está en lo que no se
dice.
Y aunque algunos bromean con la idea de cuándo los
extraterrestres pasarán de puros a cigarrillos electrónicos, Bob
Thompson no lo ve como un chiste. “Esto no es cuestión de creer o
no creer. Es cuestión de hechos. Y los estamos ignorando.”
En una época donde las fronteras están bajo constante vigilancia
de alta tecnología, quizá ha llegado el momento de ampliar otro
tipo de frontera: la de nuestra comprensión.
Alderney (Islas del Canal), 19 de diciembre de 2012 – La niebla cubría la isla de Alderney aquella mañana, envolviéndola en una atmósfera inquietante. Fue en medio de este paisaje casi sobrenatural cuando una pareja británica afirma haber sido testigo de un fenómeno desconcertante. Una fotografía tomada por accidente podría reavivar una vieja pregunta: ¿existen realmente los barcos fantasmas?
Bill Cook, un turista oriundo de Kent, pasaba unas tranquilas
vacaciones con su esposa en la pintoresca isla cuando lo que
parecía ser una simple parada para tomar una foto se convirtió en
una escena digna de una novela de misterio.
"Era un día brumoso y muy atmosférico", relata Cook. "Mi esposa
me pidió que parara el coche para tomar una foto del faro". Pero al
sacar su cámara, algo extraño en el horizonte captó su atención. Al
hacer zoom, no pudo creer lo que veía.
"Vi un pequeño velero de tres mástiles navegando cerca de la
costa, parecía salido directamente del Renacimiento", explica, aún
asombrado por la escena.
La pareja observó cómo la nave se desplazaba en silencio hacia
el espigón, y luego se dirigía hacia Guernsey, cruzando incluso la
ruta del ferry Condor. Un trayecto peculiar para un barco que
parecía de otra época.
Tratando de hallar una explicación racional, Cook sugirió que
tal vez se trataba de una réplica del Matthew, el barco
del famoso explorador veneciano Juan Caboto (John Cabot), que ha
sido reconstruido para eventos turísticos.
Sin embargo, esa hipótesis fue rápidamente descartada. Las
autoridades portuarias confirmaron que ninguna embarcación de ese
tipo, ni siquiera una réplica, había sido registrada o avistada
cerca de Alderney o Guernsey ese día. De hecho, el Matthew
no había navegado en las cercanías en absoluto.
Así, lo inexplicable volvió al primer plano. Algunos
historiadores locales mencionan un antiguo navío isabelino que,
según la leyenda, naufragó en las costas de Alderney en 1592. Desde
entonces, los isleños cuentan historias sobre un barco espectral
que aparece entre la niebla, navegando eternamente por esas
aguas.
¿Fue un espejismo? ¿Una ilusión óptica causada por la niebla y
la refracción de la luz? ¿O se trató realmente de un barco
fantasma, uno de esos buques que, según los marineros de antaño,
surcan los mares en silencio, atrapados entre los mundos de los
vivos y los muertos?
Para Bill Cook, no hay duda: lo que vio ese día fue muy
real.
"No soy de los que creen en estas cosas", concluye. "Pero ese
barco… estaba allí. Y luego desapareció entre la niebla. Como si
nunca hubiera existido".
Una aparición fugaz, captada por el lente de una cámara, pero
quizá suficiente para revivir el eterno misterio de los mares.
¿Y si el océano también guarda memoria de sus muertos?
En 1938, un equipo de arqueólogos liderado por un profesor chino descubrió esqueletos de pequeño tamaño y discos de piedra grabados con un idioma desconocido en las remotas montañas de Bayankara-Ula. Estos artefactos despertaron una gran cantidad de especulaciones, y cuando finalmente se lograron comprender, las autoridades hicieron todo lo posible para silenciar el asunto… porque la verdad era demasiado perturbadora para hacerse pública.
Un descubrimiento extraño en las montañas de
Bayankara-Ula
En 1938, el arqueólogo chino Chi Pu Tei dirigía
una expedición en la cordillera de Bayankara-Ula, una región remota
situada entre China y el Tíbet. En las laderas de estas montañas,
el equipo encontró una serie de cuevas con aspecto de cámaras
funerarias antiguas. Lo que hallaron en su interior fue
desconcertante: esqueletos humanos muy pequeños,
de aproximadamente 1,20 metros de altura, con
cráneos desproporcionadamente grandes y frágiles,
completamente distintos a cualquier población humana conocida.
Junto a los esqueletos, encontraron también discos de
piedra —luego conocidos como los discos
Dropa— del tamaño de un disco de vinilo, con un agujero en
el centro y grabados con diminutos caracteres en
espiral en un idioma que nadie podía identificar.
Artefactos indescifrables… hasta que fueron
traducidos
Durante décadas, los discos permanecieron como un misterio. No
fue hasta los años 60 cuando un científico llamado Tsum Um
Nui afirmó haber descifrado las
inscripciones. Según su traducción, los discos relataban
la historia de un pueblo del espacio exterior,
cuya nave se habría estrellado en la región hace miles de años.
Estos seres, conocidos como los Dropa, quedaron
atrapados en la Tierra y, sin forma de regresar a su planeta,
intentaron convivir con las tribus locales.
El mensaje era inquietante y revolucionario. De ser cierto,
implicaría un contacto extraterrestre en tiempos
prehistóricos y pondría en jaque toda la cronología
aceptada de la historia humana.
Silencio oficial y desaparición de
pruebas
Poco después de que Tsum Um Nui publicara sus hallazgos en un
artículo científico en Pekín, las autoridades chinas reaccionaron
de forma sospechosa: el artículo fue censurado, el
científico desacreditado y los discos fueron retirados de
exhibición pública. Algunos informes indican que los
discos estuvieron en un museo de Xi’an antes de desaparecer
misteriosamente.
El caso Dropa se convirtió entonces en un tema tabú. En plena
transformación política, el gobierno chino bloqueó
cualquier intento de investigación independiente, temiendo
quizá las consecuencias ideológicas y sociales de una historia tan
explosiva.
¿Mito o verdad suprimida?
Hoy en día, el llamado “Roswell chino” sigue
siendo un misterio controvertido. Los escépticos
lo consideran una farsa bien elaborada, citando la falta de pruebas
físicas, la desaparición de los discos y la dudosa existencia de
Tsum Um Nui, de quien no hay registros académicos verificables.
Pero otros recuerdan que la historia está llena de
descubrimientos que fueron ocultados porque desafiaban el
conocimiento establecido.
Investigadores independientes continúan buscando pistas. Algunos
aseguran haber visto fotografías de los discos, otros hablan de
documentos clasificados, y hay leyendas tibetanas que mencionan la
llegada de “seres venidos de las estrellas” a las
montañas.
Conclusión: ¿Una verdad demasiado perturbadora para
salir a la luz?
El caso de Bayankara-Ula plantea una pregunta esencial:
¿hasta dónde pueden llegar los gobiernos para proteger una
versión oficial de la historia? Sea que la historia de los
Dropa sea real, exagerada o pura invención, nos confronta con un
deseo humano profundo: entender lo desconocido y
aceptar la posibilidad de que quizás nunca estuvimos
solos.
En un mundo donde el conocimiento puede chocar con el poder y la
ideología, el misterio de los Dropa nos recuerda algo inquietante:
la verdad no siempre está donde nos dicen que la
busquemos.
Légende - Photo Yongxinge, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=575181
En un mundo donde la frontera entre la ciencia y la espiritualidad es cada vez más difusa, una reciente declaración ha generado un gran revuelo en los círculos diplomáticos, religiosos y relacionados con la divulgación de fenómenos aéreos no identificados. Daniel Sheehan, reconocido abogado estadounidense, activista político y defensor de la transparencia en torno a los OVNIs, asegura que el actual Papa, Leo XIV, podría convertirse en el primer pontífice en abrir los archivos secretos del Vaticano sobre vida extraterrestre.
En una entrevista reciente con un medio especializado en
divulgaciones gubernamentales, Sheehan —quien ha trabajado como
asesor tanto para el Vaticano como para la Casa Blanca— afirmó que
el Papa Leo XIV está decidido a reconciliar la fe con la ciencia
como parte de un esfuerzo por modernizar la Iglesia Católica. Según
él, este paso podría colocar a la Santa Sede a la vanguardia de un
cambio civilizatorio: el reconocimiento oficial de una inteligencia
no humana en el universo.
Un Legado Astronómico
Aunque la afirmación es audaz, Sheehan señala un antecedente
histórico claro. Recuerda que un anterior Papa Leo —Leo XIII— fundó
el Observatorio Vaticano en 1891, un gesto visionario que desde
entonces ha alimentado las especulaciones sobre el verdadero
interés de la Iglesia en el cosmos.
“Siempre ha existido dentro de la Iglesia una corriente que cree
que el descubrimiento de vida extraterrestre no contradice la fe
católica”, explicó Sheehan. “El Papa Leo XIV sigue esa línea.
Quiere fomentar un diálogo profundo entre la teología y la
cosmología moderna.”
Un Puente entre la Teología y la Exobiología
Sheehan no es ajeno al tema de los OVNIs. En la década de 1970,
durante el mandato del presidente Jimmy Carter —quien tuvo su
propio avistamiento OVNI ampliamente documentado— Sheehan fue
encargado de dialogar con funcionarios del Vaticano sobre el tema.
Según él, el pontificado de Leo XIV representa una oportunidad
histórica para abrir las puertas al conocimiento.
“Creo que el Papa Leo XIV está preparado para ir a donde ningún
otro papa se ha atrevido”, afirmó. “Quiere llevar a la Iglesia al
siglo XXI, alineándola con las verdades emergentes sobre nuestro
universo, incluyendo la probable existencia de una civilización no
humana avanzada.”
¿Una Presión sobre el Gobierno de EE.UU.?
Además, Sheehan sugiere que las acciones del Papa podrían
ejercer presión sobre el gobierno estadounidense para desclasificar
más información sobre fenómenos aéreos no identificados. La
autoridad moral y espiritual del Vaticano podría ser un catalizador
global.
“Si el Papa habla públicamente sobre este tema, podría crear un
precedente tan poderoso que los gobiernos ya no tendrían excusa
para mantener el secreto”, aseguró. Añadió que el presidente actual
de los Estados Unidos podría ver esto como una oportunidad única
para ser el primer líder mundial en confirmar la existencia de vida
extraterrestre, posiblemente en colaboración con el Vaticano.
Una Iglesia en Transición
El Vaticano no ha emitido comentarios oficiales sobre las
declaraciones de Sheehan. Sin embargo, varios analistas señalan una
creciente apertura por parte de las autoridades eclesiásticas a
temas que antes eran considerados tabú. Astrónomos jesuitas del
Observatorio Vaticano ya han declarado públicamente que la
existencia de vida extraterrestre no contradice la fe
cristiana.
A medida que el mundo se acerca a lo que muchos creen que podría
ser una nueva era de transparencia sobre fenómenos inexplicables,
la voz de Roma —largamente silenciada en estos temas— podría ser
decisiva. Y si Daniel Sheehan tiene razón, la humanidad podría
estar al borde de un diálogo que una vez pareció imposible: uno que
conecte las estrellas con la fe.
Légende - Photo Wabbuh, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=165186581
Un nuevo y desconcertante testimonio ha sido incorporado a la base de datos del National UFO Reporting Center (NUFORC). Esta vez, el avistamiento proviene de Johnstown, un tranquilo pueblo galés, donde un ex técnico principal de aeronaves de la Royal Navy afirma haber presenciado un fenómeno aéreo tan breve como extraordinario.
El incidente ocurrió el 22 de mayo de 2025, a las 14:20 hora
local. El testigo, quien ha preferido mantenerse en el anonimato,
asegura que mientras se encontraba sentado afuera fumando un
cigarrillo, vio pasar sobre su cabeza tres luces blancas dispuestas
en forma triangular. El evento duró apenas cinco segundos, pero fue
suficiente para dejarlo completamente desconcertado.
“La velocidad no correspondía a nada que haya visto antes, ni
satélites ni aviones”, declaró. “Pasé siete años en la Royal Navy y
conozco bien los movimientos de las aeronaves. Esto era
distinto.”
Uno de los detalles más intrigantes del informe es que una de
las luces pareció desviarse levemente del patrón del resto, lo que
llevó al testigo a pensar que no se trataba de un único objeto
triangular con tres luces, sino de tres naves independientes
volando en formación.
La velocidad estimada era de varios miles de kilómetros por
hora, y el desplazamiento se produjo en completo silencio.
“No se escuchó absolutamente ningún sonido. Nada. Y eso fue lo
que más me impactó”, relató. “Fue simplemente increíble. No tengo
ni la menor idea de qué pudo haber sido.”
Las luces parecían ser un poco más grandes que las estrellas y
se encontraban directamente sobre su campo de visión, a una altitud
estimada de varios miles de pies, aunque sin poder precisar la
distancia exacta.
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